"EL VIAJERO QUE REGRESA NUNCA ES LA MISMA PERSONA QUE ERA ANTES DE IRSE"

2 de mayo de 2018

Sobrevolando el Vero por las pasarelas de Alquezar


Si queréis naturaleza en estado puro y unas gotas de adrenalina, vuestra próxima escapada no puede ser otra que las Pasarelas de Alquezar, que ancladas a la roca, salvan el río Vero por su margen derecho hasta el precioso salto de agua que alimentaba a la central hidroeléctrica y un trecho más allá nos devuelve de nuevo al pueblo. Pero empecemos por el principio.


A unos 50 kms.antes de llegar a Huesca desde la parte de Lleida encontramos el pueblo de Alquézar, en la sierra de Guara y formando parte de la Ruta del Somontano, cuyo casco urbano fue declarado Conjunto Histórico-Artístico ya en 1982.


Lo primero que nos llama la atención, aparte de la multitud de visitantes y lo que cuesta aparcar a pesar de varios puntos habilitados al efecto, es la vista desde la entrada a la población, a unos 660 metros de altura, de la Colegiata de Santa María la Mayor, declarada Monumento Nacional en 1931.


Preparados para la ruta, descendemos callejeando hasta la Plaza Mayor y, en dirección a la Colegiata, tomamos la calle que sale a nuestra izquierda. En nada encontramos paneles que nos indicarán las pasarelas y el Barranco de la Fuente. Hablando de las primeras, las que empezamos ya a traspasar, siempre en descenso hacia el río, aun son de madera; las posteriores ya serán metálicas.


Durante el descenso por el barranco nos fijamos que, en las enormes paredes de roca caliza que nos rodeaban, había multitud de covachas y cavidades queremos creer que naturales y que seguramente cientos de años atrás fueran habitadas por el hombre.


A escasos metros del cauce del río encontramos un desvío hacia la cueva de Picamartillo. No dejéis de visitarla porque es increíble lo que la naturaleza puede llegar a conseguir.
Si el cauce está bajo se podría pasar al otro lado con cuidado y visitarla pero las recientes lluvias y el deshielo dejaron el Vero rebosante de caudal y se hacía imposible el cruzar.


Volvemos sobre nuestros pasos y volvemos al desvío citado anteriormente y seguimos los indicadores de las pasarelas. En poco tiempo encontramos el primer tramo metálico anclado directamente a la roca y empezamos a "levitar" sobre el lecho del río.


Es un tramo corto de pasarelas el cual nos deja de nuevo en la parte más baja del recorrido, es decir, en un pequeño meandro del Vero donde quedamos a tocar de las revueltas aguas.


Reemprendemos la marcha por un pequeño sendero casi por la ribera lo que confiere al paisaje una vegetación frondosa y en algunas zonas, de lo más curiosa, con abundancia de musgo, hiedra y árboles de formas imposibles.


Siguiendo el tramo algo más largo de pasarelas llegaremos a otro enclave precioso e impresionante por igual: el salto de agua de la central de Alquezar que os dijimos al principio. Actualmente en desuso, la caída del agua y el ruido ensordecedor que provoca nos detienen un buen rato en ese tramo ya que vale la pena deleitarse con ello.


Para que os hagáis una mejor idea, os colgamos un pequeño vídeo del momento en que pasamos a la altura del salto. Más vale una imagen que......


Entre este punto y el segundo tramo de pasarelas tendremos que pasar por debajo de una impresionante roca que casi llega a cortar el paso y se apoya en otras dos, dejando el espacio justo para colarnos entremedio.


Si volvemos nuestra mirada cuando lleguemos a la altura de la central podremos contemplar con toda facilidad las pasarelas que acabamos de salvar y las turquesas aguas del Vero bajando aun bastante bravas. Un poco más adelante se inicia el tercer y más reciente tramo, inaugurado en 2016, que nos llevará asimismo al mirador o bien nos da la opción de iniciar la vuelta a Alquezar.


Como es de suponer, seguimos gozando del tramo más largo de pasarelas, totalmente colgados de la pared de roca pero empezando ya a ascender suavemente al tiempo que nos vamos alejando ya del lecho del río hasta alcanzar el mirador, desde el que tenemos unas vistas simplemente impresionantes de toda la sierra y de la ruta que acabamos de realizar.


Desde ese punto iniciamos el pesado camino de vuelta ya que el desnivel aun es importante y el terreno, bastante pedregoso, no ayuda en absoluto. Una media hora después avistamos Alquezar a lo lejos y con un último esfuerzo entramos de nuevo en la población. Toca reponer fuerzas con calma y una última visita por esas calles con tanto encanto.
Si queréis un poco de aventura sin ningún riesgo, os recomendamos encarecidamente esta ruta.

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