"EL VIAJERO QUE REGRESA NUNCA ES LA MISMA PERSONA QUE ERA ANTES DE IRSE"

20 de febrero de 2017

El Salt del Duran, alimentando una ciudad


El Salt del Duran es la excursión por excelencia de los residentes en Mollerussa y pueblos colindantes, tanto a pie como en bicicleta básicamente, ya que la distancia que lo separa desde la capital del Pla d'Urgell es de tan sólo 4,4 Kms.
Pero hagamos un poco de historia. Este salto de agua, allá por 1901, se usaba para abastecer de electricidad a la importante papelera La Forestal d'Urgell, recién inaugurada. La corriente circulaba por un conjunto de cables enterrados junto al propio canal hasta llegar a la empresa, ya en Mollerussa. Esta se mantuvo en funcionamiento hasta el último cuarto del S.XX.
Pero no fue ese el primer uso que se le dio al salto de agua. Años antes, los encargados de su funcionamiento, la familia Duran, con el patriarca Josep Duran a la cabeza, un industrial de Barcelona del mundo del alcohol y derivados creó la harinera Durán, la cual se alimentaba de dichas instalaciones. Fue a posteriori que se aprovecharon las mismas para la papelera.


El recorrido empieza a las afueras de la ciudad, en un cartel señalizador. En principio todo el recorrido está marcado pero realmente hay algunos cruces en los que su situación no deja muy claro hacia donde tenemos que dirigirnos. Os iremos dejando fotos con puntos de referencia pero la mejor de ellas es solo una: seguir siempre el margen derecho del canal, lo más pegados posible a éste.
En esta primera bifurcación tomaremos el camino de la izquierda.


Llegaremos a un cruce de caminos. Tenemos que seguir rectos desde donde venimos. En la foto es el camino que bordea los árboles.


Más adelante, si hemos seguido las indicaciones correctamente, tenemos que llegar a este stop (cuidado al cruzar la comarcal). A nuestra izquierda podremos ver una casona abandonada, pasto de graffiteros.


En poco tiempo llegaremos al final, o mejor dicho, a la mitad de nuestro recorrido, porque digo yo que habrá que volver ¿no?


Allí nos encontramos, además óbviamente del salto de agua, una zona bastante más baja del punto de llegada, muy sobreada y húmeda por los árboles que la cubren.


El tintiteno de varias fuentes de agua (en principio no potable) nos invita a relajarnos y descansar del esfuerzo de la ida. Si lo hemos planeado así, tenemos una mesa de piedra para comer o beber algo (aunque no haya papeleras en el lugar, recordemos recoger toda nuestra basura y a sus contenedores correspondientes en cuanto sea posible).


Justo al lado de donde nos encontramos, y con el agua pasando justo por delante de su entrada, aun queda en pie la casa en la que se guardaba el alternador que generaba la electricidad.


En la parte alta, casi de nuevo al mismo nivel del camino, se ven los restos de la antigua vivienda de los Duran, aunque en bastante mal estado de conservación.


Emprendemos el camino de regreso y esta vez lo haremos por el otro margen del canal, por el izquierdo. Para pasar al otro lado tenemos a pocos metros de donde nos encontramos un puente que cruzamos y siguiendo siempre recto llegaremos de nuevo al punto de origen.


Una excursión corta, de unos 9 kms.en total, pero fácil y divertida de realizar aprovechando el terreno totalmente llano que encontraremos de principio a fin.
Aunque no tenga que ver con el tema del post, os dejamos esta canción, ideal para los amantes del "trance" y los ritmos de Ibiza, machacona como ella sola pero sin estridencias.


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