Hay enclaves de nuestra geografía de lo más espectaculares y sobretodo sorprendentes, ya sea por su particular concepción o porque uno se los encuentra donde menos se lo espera.
Nos escapamos esta vez a la provincia de Toledo, cerca de la población de Burujón. Habíamos descubierto que allí se podían observar unas curiosas formaciones de roca arcillosa, con unas caídas y unos cortes a pico realmente impresionantes, formados por la erosión del Tajo durante 25 millones de años, llamadas las Barrancas de Burujón. El punto más alto y destacado es el Pico del Cambrón.
Equipados con ropa ligera ya que era una mañana de domingo bastante calurosa, emprendimos la ruta. Tomamos la CM-4000 en dirección a la Puebla de Montalbán y antes de llegar a ésta, hay que coger un desvío realmente mal señalizado que nos queda a mano izquierda. Una vez hemos dejado la calzada, recorremos un pequeño camino hasta llegar a una zona más abierta que se intuye habilitada como parking.
Que no os engañe el lugar ni la poca altura del terreno; a pocos metros tenemos el camino que empieza la ascensión a las Barrancas, aunque realmente, cuando se deja el coche a uno le da la sensación de que estamos por debajo del nivel del agua y es imposible encontrar lo que nos espera más arriba.
Después de una fácil caminata de 15/20 minutos y unos 2 kilómetros (se puede hacer a pie o en coche), empezamos a atisbar los primeros miradores y al acercarnos a ellos nos quedamos simplemente de piedra. ¿Cómo puede variar tanto el llano paisaje manchego hasta esta maravilla natural?
Seguimos una pequeña senda que nos llevará de un mirador a otro hasta llegar al último, el de los Enebros. Allí podemos dar la vuelta y desandar el camino o seguir un poco más hasta la orilla del embalse de Castrejón.
Como reza la entrada, lo más parecido al Cañón del Colorado en nuestro país...salvando las distancias, por supuesto.
Que no os engañe el lugar ni la poca altura del terreno; a pocos metros tenemos el camino que empieza la ascensión a las Barrancas, aunque realmente, cuando se deja el coche a uno le da la sensación de que estamos por debajo del nivel del agua y es imposible encontrar lo que nos espera más arriba.
Después de una fácil caminata de 15/20 minutos y unos 2 kilómetros (se puede hacer a pie o en coche), empezamos a atisbar los primeros miradores y al acercarnos a ellos nos quedamos simplemente de piedra. ¿Cómo puede variar tanto el llano paisaje manchego hasta esta maravilla natural?
Seguimos una pequeña senda que nos llevará de un mirador a otro hasta llegar al último, el de los Enebros. Allí podemos dar la vuelta y desandar el camino o seguir un poco más hasta la orilla del embalse de Castrejón.
Como reza la entrada, lo más parecido al Cañón del Colorado en nuestro país...salvando las distancias, por supuesto.
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