Algunos me tomareis por loco (aun más) al leer esta entrada pero ¿cuántos de vosotros habéis dedicado una mañana o una tarde a pasear por vuestra ciudad levantando la mirada del suelo para variar? Estoy seguro que el porcentaje sería bajo, muy bajo.
Pues eso es exactamente lo que hice una soleada aunque fría mañana de domingo; salí un poco antes de mediodía y no volvía a casa hasta pasadas las tres de la tarde. Y seguro que se me olvidó alguna calle "por registrar" pero fue una sensación curiosa el vagar un poco sin rumbo por la ciudad, siempre mirando a las alturas y deteniéndome de vez en cuando para fotografiar alguna fachada que por algún motivo me llamaba la atención y pocas veces, o ninguna, había reparado en ello.
Todo esto teniendo en cuenta que hablamos de una pequeña ciudad de 18000 habitantes ¡eh! y no de ninguna capital. Pero creo que la experiencia se puede extrapolar a cualquier pueblo medianamente grande y el resultado sería el mismo.
Fachadas de todo tipo, desde balconadas de madera
hasta entradas tipo patio andaluz
pasando por fachadas realmente curiosas y algunas de gusto cuanto menos discutible
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