Hay experiencias que, como mínimo, tienes que probarlas una vez en la vida. Y no me refiero a plantar un niño o engendrar un árbol (¿o era al revés?). Que eso también, ¡cuidado! Lo de escribir el libro de momento lo sustituímos por publicar este blog, si os parece. Al lío, que nos dispersamos...
Una de estas vivencias es el buen comer y dentro de eso, el disfrutar de una buena carta en algún restaurante con las afamadas estrellas Michelin.
Y éste fue el homenaje que nos dimos mi pareja y yo el sábado pasado en el restaurante El Bohío de Illescas (www.elbohio.net) propiedad del televisivo Pepe Rodríguez, parte del jurado del concurso Masterchef en La 1.
Actualmente el restaurante ofrece tres cartas de precios distintos. Una económica, una más completa y cara aunque sin excesos y como no, el menú degustación, el cual elegimos. Ya que lo hacíamos, lo hacíamos bien.
Destacar un plato por encima de otro se nos haría harto difícil, por no decir imposible. A pesar de eso, podríamos hablaros del escabeche de foie gras y perdiz o del bacalao tiznao, entre otros.
De los cuatro postres destacó sin lugar a dudas los frutos rojos, vainilla y regaliz. Sencillamente apoteósico. Un estallido de color en el plato y de sabor en la boca.
Como os decía al principio, una experiencia única que seguramente repetiremos en algún otro restaurante con estrellas o de nuevo en El Bohío dentro de un tiempo, con nuevos menús.
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