"EL VIAJERO QUE REGRESA NUNCA ES LA MISMA PERSONA QUE ERA ANTES DE IRSE"

20 de octubre de 2019

Brujas y murciélagos en la Cueva de las Güixas


En nuestra reciente visita al Pirineo de Huesca, alrededor de Villanúa y no muy lejos de su Ecoparque, tuvimos la ocasión de visitar otro día unas espectaculares cuevas de origen calizo situadas en el pico Collarada: las Cuevas de las Güixas, nombre que se atribuía inicialmente a su traducción como brujas en fabla aragonesa antigua pero hecho del que no hay constancia fehaciente. Otra teoría lo relaciona con judía, ya que se cultivaba gran cantidad de esta legumbre en los alrededores.


Como siempre, os recomendamos reservar previamente la visita por internet, ya que los grupos, de unas 30 personas, se acostumbran a completar rápidamente. Os dejamos su enlace (WEB) y de paso veis el resto de información que ofrece.
Recordad que en este tipo de cuevas la temperatura es uniforme durante todo el año con lo cual es recomendable llevarse alguna prenda de abrigo ya que en su interior no se debe estar a más de 14-15º.
Nos sorprendió inicialmente que el piso estuviese no ligeramente húmedo como en otras cuevas si no realmente mojado e incluso con charcos, cosa que nos aclaró la guía después.
Ésta sufre una acción erosiva continua debido al río subterráneo que la inunda en épocas de deshielo o de grandes lluvias.


Habitada a partir del 3000 a.C. y hasta el S.IV d.C. se le atribuyen todo tipo de usos, desde cobijo y vivienda hasta refugio durante varias guerras, incluida la Civil, cuando se usó como alojamiento/cárcel de los presos del régimen hasta 1945.
Antes de ésto ya se había abierto al público en 1929 gracias al SIPA y al Patronato de Turismo.


Se recorre unos 800 m.de galerías plagadas de todo tipo de formaciones, entre las que destaca especialmente la Sala de la Catedral, de unos 16 m.de altura. Es la zona de las cuevas de mayor amplitud y altura y está literalmente plagada de todo tipo de formaciones rocosas, desde las típicas estalactitas hasta banderas o columnas. Algunas de ellas aun se aprecian rotas de forma totalmente limpia debido a que en algún momento, el agua ascendió hasta esa altura, causando dicha fractura.




Os dejamos un pequeño vídeo en el que se aprecia la inmensa belleza de esta sala, aunque como todo, mejor visitarlo en persona y así os hacéis mejor la idea.


Otra zona a destacar es la Chimenea, único punto que conecta con el exterior (entrada aparte) en el que el techo de la bóveda cedió y deja pasar la luz del sol, el cual usan los aprox.500 murciélagos que habitan la cueva, cuando todo queda a oscuras y en silencio, para entrar y salir de ella tranquilamente.
Ni que decir tiene que están más que protegidos y que en la mayoría de visitas no se accede a la sala donde se cobijan. En nuestra visita tuvimos suerte ya que habían bajado las temperaturas y se encontraban en cuevas de nivel superior, accesibles con escaleras. Así que, en absoluto silencio y bajo la promesa de no hacer ninguna foto, arriba que nos fuimos.
Si no hubiese sido por la guía, pasábamos a un metro de un par de ellos, agarrados a la roca y ni nos enterábamos que estaban allí.


Cuenta también la tradición que la Chimenea la usaban las brujas de por aquel entonces para entrar en la cueva y celebrar, justo en esa parte, sus aquelarres las noches de luna llena. ¿Verdad, mentira...? Como toda leyenda queda expuesta al libre pensamiento de cada uno.
A la salida, justo detrás del punto de encuentro, podemos recorrer en pocos minutos un pequeño sendero que nos llevará hasta la cascada que brota con fuerza de la roca y al sifón que penetra en el interior de ésta y es el causante de las inundaciones de estas cuevas. ¡Hasta la próxima escapada!

No hay comentarios:

Publicar un comentario