"EL VIAJERO QUE REGRESA NUNCA ES LA MISMA PERSONA QUE ERA ANTES DE IRSE"

20 de abril de 2019

Discotecas míticas que han sido (o son) historia

En nuestro país existen gran cantidad de discotecas, en activo o no, que se han convertido en auténticos referentes del mundo de la noche y el ocio. Desgraciadamente, muchas más que bibliotecas pero no nos pondremos profundos.
Templos de la noche y la música tecno, dance y estilos derivados que desde hace décadas nos mueven un fin de semana tras otro. Nombres como la cadena Pacha en cualquiera de las ciudades que encontremos las archifamosas cerezas o bien Amnesia, Space o Privilege, entre otras, en la no menos famosa Ibiza son sólo una pincelada de la oferta en divertimento que tiene nuestro país.


Si nos remontamos a pocas décadas atrás, nos encontramos con la inauguración en 1980 de la famosa Studio 54, en Avgda.Paral-lel de Barcelona, siguiendo la estela del mítico local neoyorquino. Aunque los principios no fueron sencillos, el DJ Raul Orellana le dio el espaldarazo definitivo, convirtiéndola en la disco de moda de la Ciudad Condal.
Otras como el Nick Havanna o el Baja Beach Club, en el Port Olímpic, conocido por sus despedidas de solter@ y actual Opium, de lo más exclusivo de Barcelona, no le iban a la zaga y destacaban por encima del resto por méritos propios, al igual que consigue Razzmatazz en la actualidad.



Si nos trasladamos a la capital del reino y su área metropolitana, se disfrutó (alguna aun sigue dando guerra) de salas como Joy Eslava (en activo), Attica, Radical, Bachatta, Paladium, Saratoga o de las más conocidas, Fabrik.




Aunque lo que realmente encumbró, a nuestro parecer, las discotecas como auténticos mitos fue la renombrada, para bien y para mal, Ruta del Bakalao, en Valencia y casi todo el Levante español.
¿Quien de esa época no ha oído al menos hablar de salas como Barraca, siempre a la vanguardia musical y pionera "destroy"? A no muchos kilómetros de ella teníamos Chocolate y un poco más hacia la capital, Spook y Puzzle.



Chimo Bayo y su infinitamente cantada y bailada "Así me gusta a mí" fue la figura en la que quizás se personificó más el concepto de "música máquina" y "ruta bakala", exportando dichos conceptos a multitud de discotecas del resto del país.



Y fue precisamente ese boom de la música tecno y del ocio en sí mismo lo que provocó la aparición de macro-discotecas en poblaciones que, por número de habitantes, hubiera sido impensable tan sólo unos pocos años atrás. En Lleida curiosamente coincidieron no uno, si no dos complejos de este calibre en prácticamente el mismo periodo de tiempo: Wonderful (o Wonder, como la conocían todos) en Lleida capital, en la salida hacia Zaragoza por la N.II y muy especialmente Big Ben, en un pequeño pueblo como Mollerussa que por aquel entonces, en Marzo de 1976 cuando se inauguró, tenía poco más de 7.000 habitantes.


El acontencimiento fue un bombazo en toda regla para la localidad pero sobre todo para los pueblos de alrededor, convirtiéndose en punto de reunión inexcusable cada sábado noche de gente de todas las edades y tendencias. A ello ayudaba sin duda un aforo cercano a las 6000 personas distribuidas en las cuatro salas de distintos ambientes que presentaba el local, destacando por encima de todas la sala Plató, la mayor de todas y la que años más tarde equipó una lámpara robotizada que fue admiración y envidia de público y otras discotecas respectivamente. ¡¡Menos el desayuno podía hacer de todo!!


La cabina principal de Big Ben albergó nombres aun hoy tan conocidos como Gigi d'Agostino o DJ Tiesto entre otros y por su escenario pasaron los principales grupos del pop-rock y tecno, españoles y europeos, como Radio Futura, Alaska, Miguel Bosé o Pet Shop Boys y Boney M.
Dos detalles os darán idea de la magnitud del local por aquel entonces: Ilegales grabó un doble directo en la discoteca y La Unión estrenó allí Lobo Hombre en París. ¿Os parece poco?


No olvidemos además que Big Ben era un auténtico complejo lúdico en el que además de la discoteca podíamos encontrar una inmensa bolera y sala de juegos justo debajo, cafetería y un restaurante con varias salas para ceremonias, reuniones, etc... Menos mal que un inmenso párking rodeaba al edificio porque albergar tantísimo coche no era tarea fácil. Al llegar uno sabía donde lo dejaba pero encontrarlo al salir ya no era tan sencillo.
Años después se construyeron en el exterior unas carpas para ampliar el aforo y aprovechar el verano para seguir ofreciendo lo mejor de lo mejor a los clientes que acudían de todas partes de España. Sí sí, de todo el país; yo mismo llegué a indicar más de una vez a coches de Sevilla o Bilbao cómo llegar hasta la discoteca. No olvidemos que especialmente durante la década de los 80 y parte de los 90 ésta fue EL referente ya no a nivel nacional si no europeo.


Pero como casi todo, por desgracia, tiene un principio y un final. Y Big Ben no fue una excepción. Un año de cierre por un grave altercado, el endurecimiento de los controles policiales y los cambios de hábitos en el ocio nocturno fueron el principio del fin para la sala. La presión de las deudas y el fracaso en la búsqueda de inversores especialmente sudamericanos conllevó el cierre definitivo en Julio de 2015 y su casi inmediato desmantelamiento.
A día de hoy, la vemos desde el exterior y tampoco hay grandes indicios que denoten la falta de vida que sufre; parece que esté preparándose para la mega-sesión de la noche del sábado. Pero la realidad es muy distinta; Big Ben cerró hará ya casi 4 años y todo parece indicar que lo hizo para siempre.


Os dejamos un vídeo recopilatorio de sesiones y remembers de la sala, con sus DJ's residentes y conocidos nuestros en su mayoría. ¡¡Igual hasta aparezco yo perdido entre la marabunta!!

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