¡¡Mazinger Z vive!!

¡Planeador abajoo! ¡Puños fueraa! ¿Quien de los que ahora rondamos los 50 no recuerda estas exclamaciones? Formaron parte de las sobremesas de los sábados durante un no muy largo periodo de tiempo de nuestra infancia. Estamos hablando, cómo no, de la mítica serie Mazinger Z.

Pues bien, en la localidad tarraconense de Cabra del Camp (obvio, no será de ciudad 😁) a alguien se le ocurrió la loca idea de plantar una reproducción en fibra de vidrio de unos 10 metros de altura de nuestro recordado robot.

No os podemos contar su historia porque la desconocemos pero la única verdad es que allí está, en una plaza de la urbanización Mas del Plata, rodeada de pinos, estatua tan chocante como enigmática ella y hasta la cual se accede por un camino semi-asfaltado.

Dicen que se construyó a finales de los 80 para preservar la entrada a la citada urbanización hasta que, con el paso del tiempo, quedó en el olvido, pero en verdad ni está situada a la entrada ni se la está olvidando. Es más, creemos que recientemente se le ha hecho un buen lavado de cara.

Si la rodeamos, podemos observar que en la parte trasera de su pierna derecha hay una trampilla, ahora sellada, que dicen permite introducirse por su interior y llegar hasta la cabeza del robot; diríamos que, por lo que se aprecia desde abajo, hasta las rendijas de lo que simula su boca.

Para que os hagáis una ligera idea de la magnitud de la reproducción, aquí podéis ver que la llave de nuestro coche no le llega ni a la suela, como se suele decir. Y en este caso, es totalmente literal.

Se cuenta en el pueblo que años atrás había unos altavoces operativos en el robot los cuales, no sabemos si de forma aleatoria o programados, hacían sonar a todo volumen la frase mítica con la que abríamos esta escapada "¡PUÑOS FUERA!", aunque nos reservamos un poco su credibilidad.

Imaginaros estar con vuestr@ chic@ haciendoos arrumacos en uno de los bancos que allí podemos encontrar y que de repente....."¡PECHOS FUERA!" Ups!! Esa era Afrodita......dejemos el tema.

Una escapada muy curiosa y fácil de realizar, la cual nos queda además muy cerca de la Ruta del Císter, con el Monasterio de Santes Creus a unos 10 kilómetros, una auténtica joya.