Al llegar a Argelaguer podemos dejar sin problema el coche en el pueblo y caminar hasta nuestro destino (unos 10/15 minutos). Hay que llegar hasta la rotonda de la entrada y allí ya encontramos indicaciones. Como nosotros somos más chulos que un ocho, nos lo pasamos de largo siguiendo al GPS y justo ya saliendo del pueblo, en una curva a nuestra izquierda, sin ninguna señalización, vimos un pequeño camino que nos dejó en un claro. La explicación es que se trata de una ruta circular y la empezamos por lo que representa el final, en este caso el Huerto.
Para haceros una breve historia de todo lo que nos ocupa, deciros que esta obra se debe a un particular, Josep Pujiula (1937-2016) el cual, sin permisos ni propiedades de ningún tipo, las empezó a construir a modo de hobby. Por circunstancias diversas, las tuvo que derruir y volver a reconstruir varias veces hasta lo que vemos hoy en día, que no es poco pero no tiene el esplendor de años pasados.
Incluso grabó en la propia roca "Garrell el +tossut" (Garrell el más tozudo) por su perseverancia en reconstruir su obra. Digna de ver también por su interior, que debe tener unos 15 m2 aprox.con infinidad de inscripciones de amigos, conocidos y asociaciones en recuerdo a Josep.
Siguiendo nuestro paseo llegaremos a la llamada Casa d'en Garrell, aunque desconocemos si realmente llegó a vivir allí o simplemente la llamó así porque pasaba más horas ahí que en su residencia.
Y por último llegamos a la zona de la Font de la Riera. Estaba sin agua pero imaginarse toda esa zona con el agua deslizando por la roca, fluyendo desde la pequeña cascada de su parte superior es una auténtica maravilla. Sin olvidarnos ni mucho menos de la zona del Laberinto, muy deteriorada por las inclemencias meteorológicas. Sin duda una visita más que recomendable.
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