Les Gorges de la Fou, hogar de brujas y duendes

El viajar tiene un defecto: crea adicción. Independientemente de qué lugares visitemos, al menos nosotros, ya a la vuelta en muchas ocasiones estamos planeando la siguiente escapada.

Si a ello le unimos el visitar lugares tan sumamente bellos y espectaculares como Les Gorges de la Fou (WEB), entonces la cosa ya se convierte en puro vicio, donde uno siempre quiere más más y más, cosa que comprenderéis cuando veáis las imágenes del lugar.

A pesar de salir del país, no estamos hablando de un viaje excesivamente largo ya que la población de Arles-sur-Tech, donde encontramos esta impresionante grieta excavada por el río con el paso de los siglos, está enclavada en la parte más al sur del país vecino, con lo cual desde Catalunya o Aragón en unas 3 o 5 horas nos plantamos allí sin prisa ninguna. Desde cualquier otro punto, pues solo será necesario hacer el cálculo o tirar de Vía Michelin o Google Maps.

Nosotros os recomendamos, siempre que no sea pleno invierno, cruzar los Pirineos por la parte de Camprodon, a través del Coll d'Ares en nuestro lado y del Col de la Guille ya en el lado francés. La carretera está bastante bien para la zona donde estamos y el paisaje que gozaremos no tiene precio. Otras opciones sería cruzar por La Jonquera o por Andorra, por ejemplo.

Advertiros que aprox.desde mediados de Noviembre hasta Marzo no se puede acceder a Les Gorges por cuestiones climatológicas.

Intentaremos describir lo mínimo posible de modo escrito para dejar espacio a más imágenes; creemos que la belleza del recorrido lo merece. Sólo deciros que podemos encontrar alojamiento fácilmente si no en Arles, en la cercana Amélie-les Bains, que es donde alquilamos la casa.

El acceso a Les Gorges se encuentra a pie de carretera, no hay pérdida y cuenta con suficiente espacio para aparcar. Un pequeño tramo a pie hasta la taquilla (10€ adultos y 5€ niños), nos equipan con cascos "por si las moscas" y ¡a la aventura!

Parece que estemos entrando en un mundo fantástico donde en cualquier rincón veremos aparecer algún duende o planear sobre nuestras cabezas alguna bruja montada en su escoba.

Realmente es cierto que se cuentan muchas historias fantásticas y fábulas increíbles sobre este lugar y sus "habitantes", creemos que causado más por lo misterioso y curioso de su orografía que no por ningún aquelarre disfrutado antaño.

Todo el recorrido discurre por pasarelas metálicas ancladas a la pared de roca, la mayor parte por encima del propio río en su furioso camino por salir de tan complicado enclave, a veces a pocos metros bajo nosotros, a veces bastante más alejado.

Lo mismo sucede con la roca, tan pronto tenemos unos cuantos metros sobre nuestras cabezas como al poco rato nos cuesta ver el cielo encima nuestro. Lo que sí tendremos siempre sobre ellas será, casco aparte, una doble red metálica de seguridad para frenar posibles desprendimientos de rocas y trozos de árboles.

Quien dice altura dice anchura ya que algunos puntos son tan estrechos que prácticamente tocamos con nuestros brazos ambos lados de la garganta.

Todo ello está aderezado con pequeñas cuevas en honor a santos y otras dedicadas a personajes diversos, las cuales nos invitan a hacer volar la imaginación para adivinar que puede haber dentro de ellas.

La ruta, que es de ida y vuelta por el mismo camino y de unos 1700 metros, tiene una duración de un par de horas aprox.contando multitud de paradas que haremos para mirar simplemente el musgo que lo recubre prácticamente todo, alguna roca de caprichosa forma o para descansar en alguna de las zonas con bancos habilitadas al efecto.

Y ya no escribimos nada más. Bastante hemos hablado y preferimos que la entrada pese un poco más de lo habitual pero colgar la mayor cantidad posible de fotos. Esperamos que las disfrutéis y os animéis a escaparos en breve al país vecino. Tan sólo os dejamos una bonita canción que hace referencia a las citadas brujas.