Algunos diréis...¡¡oootra ermita!! Y sí, en efecto, otra ermita, pero ¿habéis visto qué ermita? ¿Cuando habéis visto una construida en el interior de la roca? En contadas ocasiones, os lo decimos nosotros. Pues eso es lo que encontramos a unos 2 kms.de Falset, la ermita de Sant Gregori. Bueno, lo de encontrar, lo que se dice encontrar, al menos para nosotros y Google Maps no fue demasiado fácil ya que al llegar a una rotonda, siempre nos indicaba la cuarta salida y nos llevaba por donde habíamos venido. Y si no le hacíamos caso, nos metíamos dentro de Falset. Ni lo uno ni lo otro; en la citada rotonda hay que coger la primera salida, a nuestra derecha y que parece que nos llevará al quinto pinto....pues ahí. A unos pocos metros vemos un desvío para coger una pista forestal y poco después otro cartel que señala la dirección correcta. ¡¡A buenas horas!!
Circulando con algo de cuidado, en unos minutos llegaremos a un descampado donde podremos aparcar fácilmente y muy cerca de nuestro destino. Allí mismo observamos una derruida construcción que desconocemos su antiguo uso. Las rocas que la rodean son realmente espectaculares, de gran tamaño y un rojizo espectacular iluminadas por el sol del atardecer.
Vemos enseguida unas escaleras de piedra que facilitan el ascenso hasta la ermita y también hasta els Racons (los Rincones), nombre que casa a la perfección con la orografía del terreno que nos rodea. A mitad de camino precisamente encontraremos unos indicadores que señalan a la izquierda hacia la ermita y a la derecha hacia els Racons. Seguimos por las escaleras hacia Sant Gregori ya que es más sencillo y rápido de ver, dentro de lo que cabe.
Justo antes de llegar a la cima encontramos un pequeño rincón con sombra donde descansar del pequeño esfuerzo realizado, la llamada fuente de Sant Antoni, lo más seguro no potable. Como siempre os decimos, ante la duda, la más.....
Una vez arriba nos encontramos de frente con el lateral de la nave, en el cual sí se puede entrar libremente ya que no está conectado con la ermita en sí misma. Eso no es problema para hacernos una idea de como está construido realmente el edificio, totalmente encastado dentro de la roca e integrado en ella formando parte del entorno natural.
Lo que vendría a ser casi la cubierta de la iglesia parece una especie de esponja gigante, llena de infinitos agujeros que el agua ha ido formando en la roca caliza. Es una formación realmente curiosa y espectacular de contemplar en vivo.
Desde el mirador situado en la parte superior de donde nos encontramos contemplamos las vistas de la población de Falset, un auténtico privilegio. Justo al lado, más cerca de nuestra posición vemos una curiosa roca, la cual parece como si se hubiese separado del resto de macizo y quisiera ondear de forma exclusiva la bandera que se halla en su parte más alta.
Desandamos parte de nuestro camino hasta llegar de nuevo a la bifurcación que encontramos a la subida y ahora tomamos el sendero de la derecha que nos lleva a la parte más rocosa del recorrido, els Racons. Se trata de una suerte de agujeros que la propia naturaleza ha ido formando en las rocas, dando pie a una especie de laberinto "gruyere" de roca por el que nos vamos metiendo y apareciendo al otro lado.
Nosotros llegamos hasta un punto que desciende hasta el bosque pero más allá, no muy lejos, se ve otra formación llena también de agujeros y covachas por donde meterse. Como se nos echaba el tiempo (y el mal tiempo) encima, decidimos dejarlo para una segura segunda visita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario