Cuantas veces, al pasar por Bujaraloz, habíamos visto el cartel para desviarse hacia este monasterio y otras tantas le habíamos hecho caso omiso.....hasta nuestra última escapada que nos liamos la manta a la cabeza y nos lanzamos a ver qué se podía allí visitar que fuera destacable.
Y desde luego no nos equivocamos. Vale la pena dedicar una tarde a visitar el monasterio y especialmente sus alrededores ya que goza de un entorno realmente curioso a orillas del Ebro, el cual abasteció de agua a los monjes durante años amén que sirvió como motor para alguna de las actividades que allí se desarrollaron.
La fundación del monasterio y su ubicación actual se remontan sobre el año 1202, cuando comenzaron las obras, las cuales sufrieron también los vaivenes económicos de todo el Reino. Prácticamente, entre la construcción inicial y posteriores ampliaciones, podemos decir que hasta el S.XVII se estuvo allí trabajando.
Lo que sí se empezó a construir desde un primer momento, por mera necesidad, fue toda la estructura hidráulica con el azud y la enorme noria aun en pie que recogía el agua del río y la distribuía por todo el conjunto a través de un acueducto, sistema el cual fuimos a visitar justo a nuestra llegada ya que se accede por un camino a la derecha desde el párking.
Retrocedemos de nuevo hasta el párking y avistamos la fachada del monasterio y su Puerta Real, con una serie de esculturas bernardas; entramos en el edificio y tenemos a mano izquierdo un pequeño museo y la taquilla y por toda la sala podemos ver una maqueta del edificio y diversas explicaciones de su uso.
Desde esta misma sala podemos acceder a la Plaza de San Pedro en su conjunto, rodeada por todos lados por el claustro excepto por su flanco oeste, cerrada por el Palacio Abacial, unido al resto mediante una magnífica galería herreriana.
Desde la iglesia, típica del Císter, con bóvedas de crucería simple, también podemos acceder al citado claustro a través de una puerta de sencillo estilo gótico.
En resumen, una visita de aquellas que sorprenden por lo inesperado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario