"EL VIAJERO QUE REGRESA NUNCA ES LA MISMA PERSONA QUE ERA ANTES DE IRSE"

3 de diciembre de 2017

La Garrotxa es tierra de volcanes


Hay sensaciones que uno cree que nunca va a experimentar y, llegado el momento y con un mínimo de sensibilidad, se convierten en experiencias casi únicas. Y si no, a ver, ¿cuántos de vosotros tenéis previsto descender hasta el fondo del cráter de un volcán? ¡¡Pues eso!!


Vaalee, dicho así suena a expedición profesional en busca de quien sabe qué pero en la comarca de La Garrotxa (Girona), en los alrededores del municipio de Santa Pau, es todo bastante más sencillo. Hasta 42 volcanes tenemos a nuestra disposición y varios de ellos con la posibilidad de poder ascender a su cima.....y descender a su interior. Pero vayamos por partes. 
Muy cerca de Olot encontramos Lava Parc, una especie de granja-escuela con animales, ponys para pasear, cobayas, etc...para disfrute sobre todo de los más pequeños.


Además es el punto de partida y llegada del tren (sin vía) que recorre toda la zona y nos acerca a varios de los volcanes, con explicaciones detalladas del guía de la historia de varios de ellos, su formación, sus erupciones, hasta su actual estado de letargo, que no de extinción.


El sábado lo dedicamos a todo lo citado y nos preparamos para el plato fuerte del día siguiente: el asalto al volcán Santa Margarida y al Croscat, los dos seguramente más emblemáticos de la zona.
Empezamos por la mañana a primera hora y nos dirigimos al que consideramos el mejor lugar para dejar el coche y realizar la ruta indicada: el párking del restaurante Can Xel, a pie de carretera.
Aprovechamos para desayunar allí mismo y justo por detrás del establecimiento encontramos el inicio del sendero que nos llevará al primero de ellos.


Primer problema a los pocos metros: ¿derecha o izquierda? Ni idea. Preguntamos y.....por la derecha, aunque en el fondo no es importante ya que el otro sendero nos llevaría al Croscat; simplemente haríamos la ruta a la inversa.
Una vez nos adentramos en el camino, éste va perdiendo su manto de follaje otoñal para dejar paso a auténtica roca volcánica de un intenso color negruzco.


Avanzamos sin excesiva dificultad, nos detenemos ante majestuosos árboles de curiosas y enrevesadas formas antes de encarar una cuesta bastante empinada que nos llevará hasta la cresta del Santa Margarida. Os recomendamos que aprovechéis para descansar justo en ese árbol ya que la subida, después de un rato caminando, se hace algo pesada.


Desde la parte más alta contemplamos un poco sorprendidos (y cansados) la construcción de la ermita que da nombre al volcán, o viceversa, justo en el centro de su cráter. Empezamos a descender con precaución especialmente en la parte final, ya que presenta una profunda hendidura en el suelo, suponemos que formada por la escorrentía del agua de lluvia y que queda justo en medio de nuestra bajada.


Después de estar un buen rato visitando el exterior de la ermita e intentando hacernos a la idea de que estábamos realmente en el interior del cráter de un volcán apagado, teníamos dos opciones: seguir justo por el lado contrario de donde habíamos venido o retroceder sobre nuestros pasos, que fue lo que hicimos ya que a mitad de camino aproximadamente ya habíamos visto los señalizadores hacia el segundo volcán del día, el Croscat.


Después de un buen rato de caminar, cruzando al otro lado de carretera, siguiendo siempre los indicadores y sin pérdida posible, llegamos a nuestro destino.  Este volcán se distingue especialmente por ser el más joven de toda la zona, porque en su colada se asienta la conocida y visitada Fageda d’en Jordà y porque presenta un enorme tajo en su cara posterior causado por la extracción de gredas hasta 1991, material empleado en la construcción de pistas de tenis y ladrillos.


Las capas se distinguen entre ellas perfectamente, siendo las más oscuras las que presentaba originalmente la lava y las de tonos rojizos las que se han ido formando con el paso del tiempo debido a la oxidación.


Un paraje realmente singular al que dedicar como mínimo un fin de semana completo para ver varios enclaves con la calma necesaria. Y no hay mejor canción que esta obra de arte de La Unión. ¡Hasta la próxima!

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