"EL VIAJERO QUE REGRESA NUNCA ES LA MISMA PERSONA QUE ERA ANTES DE IRSE"

8 de octubre de 2017

¡Volando voy, volando vengo!


Volar...ese anhelado deseo humano desde tiempos inmemoriales el cual, al menos por ahora, solo podemos cumplir montándonos en algún aeroplano.
De éstos los encontramos de todos los tipos, tamaños y usos y en la Festa al Cel (WEB) no los pudimos ver todos pero sí acercarnos a aparatos que jamás veríamos tan de cerca. Vamos! yo al menos no me voy cruzando Harriers por mi urbanización.


Esta fiesta de la aviación se empezó a celebrar allá por 1993 en Barcelona con motivo de las fiestas de la Mercé. Después de varios años se trasladó a Mataró y este 2017 tenía que haberse celebrado en Santa Susana (Barcelona) pero por una serie de discrepancias con Protección Civil y permisos no otorgados, se desplazó al aeropuerto de Lleida-Alguaire. Y el público no falló ya que durante el fin de semana desfilaron por sus instalaciones más de 14.000 personas dispuestas a gozar de la espectacularidad de tales aparatos, tanto en tierra y no digamos ya en el aire, su entorno.
Y fue tanto en tierra como en el aire donde disfrutamos de máquinas tan poderosas como por ejemplo el helicóptero Chinook Famet, el cual realizó todo tipo de maniobras, la más espectacular levantando un todoterreno del Ejército por los aires como si fuese de papel.


También disfrutamos ¡y cómo! de la Patrouille Française, los cuales, con sus pequeños reactores Alpha Jet y volando en formación, deleitaron a los espectadores con múltiples dibujos en el aire con el humo de colores que equipan.

                                          

De estilo muy parecido es la conocida Patrulla Aguila, perteneciente al Ejército del Aire español, que con sus ocho unidades de CASA C-101 realizaron todo tipo de acrobacias en pleno vuelo, cruces imposibles y loopings de aquellos que desde abajo uno piensa "se la pegan, se la pegan seguro.....". Pero nada más lejos, aunque el riesgo siempre existe y es obvio; son auténticos profesionales de la aviación dedicados a ello toda su vida.


Cuando a pocos metros de ti enciende sus turbinas un reactor F16 os podemos asegurar que se nota. El aire se hace prácticamente irrespirable, la temperatura sube varios grados en pocos segundos y se levanta un auténtico vendaval. Con todo eso, no era de extrañar que la organización hiciese retroceder al público que estaba apoyado en las vallas porque si no habríamos terminado "depilados".


Una bonita experiencia el asistir a este festival aéreo y disfrutar de auténticos aviones de combate. Sin duda repetiremos el año que viene, edición la cual también se realizará en las mismas instalaciones de Lleida-Alguaire.
Y no había mejor canción que la conocidísima "Volando voy, volando vengo" interpretada por un viejo conocido de la música española: Kiko Veneno.

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