Vaya por delante que para ver rapaces realmente de cerca habría que buscar rutas hacia lugares sensiblemente más altos o incluso otros puntos de nuestra geografía pero para quitarnos el gusanillo nos vale ésta perfectamente, sin olvidar que gozamos casi sin cesar de unas vistas espectaculares y que todo el recorrido, siempre en coche, es un poco a la aventura.
En nuestro caso subiremos por el lado catalán y, para no repetirnos, bajamos por el aragonés. Partimos desde Balaguer, capital de la Noguera, en dirección a Ager. Aprovechad la parte más alta de su puerto porque las vistas a nuestra derecha empiezan ya a valer la pena. Desayuno "donde siempre" y seguimos dirección Tremp donde poco antes de llegar nos desviamos hacia Pont de Montanyana.
Unos 30 kms.después llegamos a dicha localidad, ya en Huesca y cogemos un desvío a la derecha hacia Orrit, donde podríamos decir que empiezan los 31 kms.del Itinerario de los buitres.
Nosotros os recomendamos dirigiros desde allí hasta Torre de Tamurcia, básicamente porque allí encontramos el Casal dels Voltors (Buitres) donde se nos explica un poco la vida de ésta y otras aves rapaces e incluso podemos contemplarlas en directo mediante un par de cámaras situadas en cimas realmente altas. Si vais en domingo solo está abierto de 10 a 13 h.
Un pequeño inciso: entre Sapeira, que lo encontraremos después de Orrit, y Tamurcia habrá unos 16 kms.más o menos pero sólo la mitad están asfaltados.....por llamarlo de algún modo. La parte central es camino de tierra, eso sí, transitable sin problema con un turismo normal tomando las precauciones lógicas en este tipo de vías.
Una vez nos hemos situado e informado en el Casal iremos retrocediendo sobre nuestros pasos, deteniéndonos en el núcleo de Torogó y su mirador hacia la sierra de Sant Gervàs. Es una especie de poblado en que no vimos a nadie a pesar de constar censadas unas 6 personas y donde en cualquier momento esperábamos ver aparecer al líder de alguna secta :((
Las únicas formas de vida que encontramos fueron un pastor y un rebaño de cabras en medio del camino sin inmutarse lo más mínimo por nuestra presencia.
Nuestra siguiente parada es Espluga de Serra con un par o tres de casas, un hippie que trabaja la piedra y su perra Tila pero con una iglesia preciosa enteramente de este material. El susodicho nos explicó que había sido construida en tres periodos distintos y nos señalaba las marcas en el edificio que denotaban las diferentes épocas.
Como sabíamos de antemano que había varios enclaves para ir de picnic, esta vez ya íbamos preparados para ello y no encontramos mejor lugar para comer que la Font dels Capellans, un rinconcito precioso a pie de carretera que además tenía unas vistas privilegiadas a un pico donde aun pudimos divisar con paciencia unas cuantas aves más, sin llegar a distinguir su especie.
Después de comer emprendemos de nuevo la marcha hacia Castellet donde por el camino nos daremos cuenta del cambio que se produce en las formaciones rocosas, mucho más parecidas a las de Montserrat. Pasado el pueblo entramos de lleno en el robledal de Aulàs, el más grande en llano del Prepirineo.
Llegamos, y esta vez nos detenemos en Sapeira, donde en la parte más elevada del pueblo visitamos la iglesia de Santa María y en su misma plaza se sitúa el mirador del Castillo, desde donde se observa perfectamente la pared de Turmeda y con la suerte de avistar aun las últimas rapaces de la jornada.
De allí hacia Orrit y vuelta a Pont de Montanyana. Para no chuparnos toda la revirada carretera del otro lado nos dirigimos dirección Lleida y ya desde allí enfilamos la autovía A2 para nuestro regreso a casa.
Las únicas formas de vida que encontramos fueron un pastor y un rebaño de cabras en medio del camino sin inmutarse lo más mínimo por nuestra presencia.
Nuestra siguiente parada es Espluga de Serra con un par o tres de casas, un hippie que trabaja la piedra y su perra Tila pero con una iglesia preciosa enteramente de este material. El susodicho nos explicó que había sido construida en tres periodos distintos y nos señalaba las marcas en el edificio que denotaban las diferentes épocas.
Como sabíamos de antemano que había varios enclaves para ir de picnic, esta vez ya íbamos preparados para ello y no encontramos mejor lugar para comer que la Font dels Capellans, un rinconcito precioso a pie de carretera que además tenía unas vistas privilegiadas a un pico donde aun pudimos divisar con paciencia unas cuantas aves más, sin llegar a distinguir su especie.
Después de comer emprendemos de nuevo la marcha hacia Castellet donde por el camino nos daremos cuenta del cambio que se produce en las formaciones rocosas, mucho más parecidas a las de Montserrat. Pasado el pueblo entramos de lleno en el robledal de Aulàs, el más grande en llano del Prepirineo.
Llegamos, y esta vez nos detenemos en Sapeira, donde en la parte más elevada del pueblo visitamos la iglesia de Santa María y en su misma plaza se sitúa el mirador del Castillo, desde donde se observa perfectamente la pared de Turmeda y con la suerte de avistar aun las últimas rapaces de la jornada.
De allí hacia Orrit y vuelta a Pont de Montanyana. Para no chuparnos toda la revirada carretera del otro lado nos dirigimos dirección Lleida y ya desde allí enfilamos la autovía A2 para nuestro regreso a casa.
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