"EL VIAJERO QUE REGRESA NUNCA ES LA MISMA PERSONA QUE ERA ANTES DE IRSE"

26 de septiembre de 2016

Las fuentes del Llobregat en Castellar de n'Hug


Paz. Naturaleza. La mezcla de estas dos palabras es lo que mejor define este enclave de nuestra geografía, bastante visitado pero curiosamente no masificado, gracias a Dios. Pocas veces tenemos el privilegio de contemplar desde tan cerca el nacimiento de un río y hay que reconocer que uno se imagina verlo después de una importante escalada y aun así, gozar de ello con cierta dificultad. Todo lo contrario de lo que sucede con el Llobregat y sus famosas Fuentes, de donde mana el agua que forma el río en su curso hasta Barcelona y el mar.


Además, la ruta para llegar hasta la zona, a pesar de ser de montaña, es realmente de buenas carreteras ya que gran parte del trayecto lo realizamos por el Eix Transversal C-25 hasta pasar Berga. Allí nos desviamos por la C-16/E-9 ya prácticamente hasta el rótulo de Castellar de n'Hug.
Llegamos al Hostal les Fonts. Podemos dejar el coche allí mismo y subir a pie 1km.aprox.o seguir perfectamente con nuestro vehículo hasta un segundo párking más arriba, justo al principio de la senda que bordea el río, perfectamente delimitada y protegida con troncos.


Mientras nos adentramos en la frondosidad del lugar, vamos descubriendo a nuestro paso auténticas maravillas para nuestra vista, desde grandes cascadas que rompen el curso del río.....


.....hasta árboles emergiendo de lugares inverosímiles y que parecen estar casi flotando, suspendidos en el aire sin más soporte que el musgo que en ellos se ha adaptado.


Entre tanta belleza y verdor, llegamos al punto culminante del recorrido; las Fuentes del Llobregat, donde se considera que nace dicho río.


Siguiendo la bucólica senda hacia arriba llegamos al pueblo de Castellar de n'Hug, típico pueblo pirenaico, con sus construcciones de piedra, pizarra y madera y sus calles empedradas.


Pero esta población es conocida, además de por su concurso internacional de "gossos d'atura" (los perros que conducen los rebaños) que se celebra el último domingo de Agosto, es porque en ella se amasan unos descomunales croissants de, 'al loro!, 1 kg.de peso. ¡Para morir en el intento!


Tampoco podemos eludir la visita, en el centro del pueblo, a la iglesia de Santa María, construida en el S.X, románico puro.


Ya de regreso y una vez descendidos los escalones que antes nos tocó subir, descubrimos justo detrás del hostal un precioso y antiguo puente de piedra habilitado al paso y por el que se puede contemplar como el agua cae casi en vertical justo bajo éste, para amansarse unos instantes y seguir cayendo en su recorrido hasta el mar.


Un viaje que vale la pena realizar por diversos motivos: los paisajes, la calma, la gastronomía local... Os recomendamos encarecidamente que os acerquéis a este paraje del Pirineo catalán.

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