Fira de l'Avet

¡Que lugar más precioso! Espinelves es un pueblecito de lo más coqueto, con sus casas de piedra y techos de madera y conocido desde hace ya tiempo por celebrar la Fira de l'Avet (Feria del Abeto)

durante la cual se llenan prácticamente todas las calles con paraditas de productos navideños y artesanales

desde embutidos y quesos hasta bollería y belenes,

pasando obviamente por la venta del arbol protagonista.
Este año se celebraba entre los días 6 y 15 de Diciembre. Llegamos el sábado a media mañana, sin prisas; en un lugar así lo último que te asaltan son las prisas. Solo aparcar (esa es otra curiosidad que os contaré al final) y bajar del coche ya intuyes que allí el tiempo no apremia precisamente. Lo único que apetece es tomar cualquier calle que se presenta ante nosotros y empezar el stop&start que nos acompañará durante todo el día. Paraditas de abetos por doquier,

otra de magdalenas gigantes,

hasta que llegamos a la plaza presidida por la iglesia, preciosa toda de piedra, donde descansamos un ratito del caminar arriba y abajo para tomar el vermouth en un bar situado enfrente.

Justo en la otra esquina aprovechamos más tarde para comer, en el restaurante Els Avets (¡como no!). Menú a precio "asequible" porque imaginamos que los días de feria se debe encarecer respecto la tarifa habitual pero al menos se come bastante bien. Comida casera tradicional sin excesos pero tampoco sin defectos. Eso sí, la decoración del local no fue toda de nuestro gusto ya que consideramos que un restaurante en una población de semi-montaña como esa podía ser más rústica y tradicional que no la que presentaba.

Cuando ya decidimos irnos, después por supuesto de darnos otra vueltecita de esas "porque sí", al salir con el coche te dirigen con vallas por una ruta distinta a la de entrada. La cosa tiene su miga ya que das la vuelta por toda la parte alta de Espinelves y cuando bajas de nuevo...¡te encuentras una preciosa garita! donde había que abonar 4€ por el párking. Curioso el sistema de control, eso sí, avisado con carteles ya a la entrada. Además aun nos dieron un abeto realizado en fieltro como recuerdo y un pequeño calendario. Lo que sea para conservar tradiciones tan entrañables como esta feria y más en las fechas que se aproximan.