"EL VIAJERO QUE REGRESA NUNCA ES LA MISMA PERSONA QUE ERA ANTES DE IRSE"

20 de mayo de 2020

Un finde en un castillo


¡Qué tiempos aquellos! allá por finales de febrero, cuando realizamos la que fue hasta ese momento nuestra última escapada. ¿Quien le iba a decir a nuestro culo inquieto que iba a estarse parado tantas y tantas semanas? Pero en fin, así es la vida y se nos habían esfumado hasta las ganas de publicar.
Pero todo pasa en cierto modo e intentaremos retomar nuestros buenas costumbres.
Pasar ese fin de semana visitando el castillo y alojarse en las dependencias anexas fue una experiencia cuanto menos singular. Por la tarde-noche visitamos la fortaleza para después degustar una buena cena en el restaurante situado justo delante, sentados al lado de una falla en la roca 😲


La visita, guiada, al castillo recorre la mayor parte de sus estancias excepto la parte que aun habitan los actuales propietarios, los Barones de Albí.


Desde su parte más alta se aprecia perfectamente toda la amplia zona que se domina desde la construcción, la cual se tenía que defender frecuentemente de los asaltos de tropas enemigas.


De vuelta al interior visitamos las antiguas cocinas del castillo, con todos los enseres que se usaban antaño para dichos menesteres.....


.....y también el cuerpo de guardia, la sala de armas con todos los escudos de las familias dominantes y como no, la mazmorra.


Nos mostraron también un magnífico salón, con todos los lujos de la época; maderas nobles, terciopelo.....


Bajamos hasta la bodega, donde se guardan una serie de barriles, no sabemos si llenos o ya vacíos, pero con una curiosa característica: todos están firmados por personajes famosos que han visitado el castillo. Pudimos adivinar rúbricas como la de Xavi Hernandez, del Barça o la del periodista Luís del Olmo. Os animamos a encontrar alguna que otra más.


Justo en esa misma estancia, y protegida por una reja, se encuentra una obertura en la roca la cual conduce a un pasadizo secreto que se usaba para huir del castillo en caso de asedio a éste.


Y como era invierno, a la hora que salimos del interior ya había oscurecido, momento en el que la silueta del castillo se puede contemplar aun más en todo su esplendor gracias a las luces instaladas en su base.

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