¿Os gusta conducir? No, no estamos publicitando ninguna marca de coches; es una pregunta directa. Porque si disfrutáis al volante de vuestro automóvil, os recomendamos una escapada por esta ruta, considerada una de las más bellas de Europa y usada asimismo por varios fabricantes para poner a punto sus modelos más emblemáticos.
Se trata de la carretera que nos llevará desde la población de Solsona hasta La Seu d'Urgell, cruzando varios pueblos y puntos destacables que os iremos desgranando poco a poco.
Llegados a Solsona, cruzamos su puente en dirección a Sant Llorenç de Morunys por la C-462. Al final del puente tenemos la duda de si es a derecha o a izquierda; para esta ruta tomamos la primera ya que la segunda opción nos llevaría por el Coll de Jou, que dejamos para otra salida.
No os comentamos nada de Solsona ya que teneis una entrada dedicada en exclusiva a dicha ciudad, de aires medievales y realmente bella de visitar.
La C-462 es una vía realmente poco transitada y con un piso excelente que asciende siguiendo el recorrido del río Cardener conformando un entorno simplemente espectacular, donde se mezclaban los ocres del otoño con los verdes de los árboles y toques ya de blanco de alguna capa de nieve.
Especialmente a destacar la zona de la presa y el pantano de la Llosa del Cavall, un enclave natural absolutamente privilegiado poco antes de llegar a Sant Llorenç, pueblo donde podremos visitar el museo de la Vall de Lord, en el antiguo monasterio.
Parada obligada casi a pie de carretera, subiendo a nuestra izquierda, son les Fonts del Cardener, el nacimiento de este río afluente del Llobregat. Sin palabras. Lo más parecido al paraíso en la tierra.
Os aseguramos que ninguna de las fotos hace verdadera justicia a este mágico rincón del Pirineo. Hemos visitado lugares parecidos, nacimientos de ríos incluidos, pero éste tiene un "algo" que lo sitúa por encima del resto. Tiene incluso una gran área de pic-nic.
Os aseguramos que ninguna de las fotos hace verdadera justicia a este mágico rincón del Pirineo. Hemos visitado lugares parecidos, nacimientos de ríos incluidos, pero éste tiene un "algo" que lo sitúa por encima del resto. Tiene incluso una gran área de pic-nic.
Dejamos también atrás los núcleos de La Coma y La Pedra y el desvío a nuestra izquierda que nos llevaría a las pistas de Port del Comte para afrontar ahora una parte de la carretera más revirada, siempre en subida y con el asfalto en no tan buenas condiciones, la cual nos dejará en lo alto del puerto, a la nada desdeñable altura de 1751 metros, paso el cual representa la comunicación entre las comarcas del Solsonés y el Alt Urgell. Aquí ya pisamos nieve aunque la calzada está despejada.
Os recomendamos parar sin prisas en su mirador ya que las vistas son impagables.
En ruta de nuevo, seguimos bajando hasta llegar a Tuixent, un pequeño pueblo donde parece que el tiempo se haya detenido, refugiado en sus casas y calles de piedra. Destacamos este municipio ya que podéis visitar la iglesia románica de Sant Esteve, fechada en el año...........993! Casi nada. A pesar de encontrarla cerrada pudimos disfrutar tanto de su construcción como del paisaje que desde ella se divisa.
Desde Tuixent volvemos a la carretera, la LV-4008, ya en dirección a La Seu, pasando por los pueblos de Cornellana, Fórnols, Adraen..... Todos ellos levantados en distintos puntos del valle, tal caídos del cielo y allí se hubiesen quedado.
Por el camino será fácil encontrar a pie de asfalto gran cantidad de vacas pastando a sus anchas, que para eso están en su casa y los extraños somos nosotros.
Nuestra última parada, donde además hay una pequeña zona habilitada para comer con mesas y bancos de madera, es el punto más alto del Puerto de la Trava, a casi 1500 metros de altitud. Ni que contaros las panorámicas que desde aquí se disfrutan si habéis decidido comer de bocata.
Por el camino será fácil encontrar a pie de asfalto gran cantidad de vacas pastando a sus anchas, que para eso están en su casa y los extraños somos nosotros.
Nuestra última parada, donde además hay una pequeña zona habilitada para comer con mesas y bancos de madera, es el punto más alto del Puerto de la Trava, a casi 1500 metros de altitud. Ni que contaros las panorámicas que desde aquí se disfrutan si habéis decidido comer de bocata.
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