"EL VIAJERO QUE REGRESA NUNCA ES LA MISMA PERSONA QUE ERA ANTES DE IRSE"

30 de agosto de 2019

Cuevas de Collbató: en la falda de Montserrat


¡Aquí estamos de vuelta! Con nuevas escapadas que contaros y un montón de planes que proponeros para arrancaros del sofá, siesos, que sois unos siesos.....o no.
La primera salida que os planteamos, cuanto menos os picará la curiosidad: visitar las Cuevas del Salnitre que se encuentran en lo más profundo del macizo de Montserrat. Increíble ¿verdad? Pues más lo es visitarlas.


Tomaremos la autovía A-2 y a la altura de Collbató cogeremos la salida 576A. Una vez fuera, enlazaremos con la B-112 en la cual veremos ya indicadores de las cuevas. Una vez allí encontramos un primer párking con una zona de picnic, la cual podemos tener en cuenta para comer allí después de la visita si queremos (incluso hay barbacoas) pero nosotros seguiremos hasta un segundo párking más arriba para unos 10 coches, tampoco más.


Desde este mismo punto parten unas escaleras en la propia roca, unos 244 escalones aprox.que nos dejarán en la garita de venta de entradas (visitas guiadas de 1 hora y en catalán, salvo petición expresa de grupos) y justo al lado de la entrada a las cuevas. Para cualquier duda, lo mejor es consultar en su página web.
Tened en cuenta que éstas gozan todo el año de una temperatura de 14 grados y una humedad de casi el 100%, con lo cual no olvidéis algo de abrigo para el interior así como calzado cómodo.


Quizás fue casualidad pero, a nuestro parecer, los mejores turnos deben ser los últimos de mañana y tarde ya que, al menos en nuestro caso, cuando se terminó la visita, el guía no parecía tener excesiva prisa en cerrar y pudimos retroceder sobre nuestros pasos haciendo fotos con total tranquilidad, sin flash, obviamente.
La cueva se adentra unos 500 metros y desciende otros 20 en la montaña por distintas salas y galerías, rebosantes de formaciones milenarias típicas: estalactitas, estalagmitas, columnas, banderas, etc...


Lo primero que vemos es un videomaping en las paredes de la gruta de entrada que nos cuenta la formación de todo el conjunto, los distintos usos a los que fue destinada, etc... Un pelín largo para lo que debería ser pero tampoco se hace pesado. Después de ello empieza la aventura.
Visitamos la Sala de la Catedral, la más grande del conjunto y llamada así porque antaño se decía que dentro de ella cabría la Catedral de Barcelona.



Seguimos descendiendo por los 66 estrechos escalones del llamado Pozo del Diablo, apodado así porque los primeros descubridores de las cuevas, iluminados solamente con tristes antorchas, tenían la sensación de estar descendiendo al mismísimo infierno.


Llegados a la parte más profunda accedemos a la Sala del Cambril, con multitud de rocas de caprichosas formas y que cada uno interpreta según su imaginación.
Os dejamos asimismo un pequeño vídeo de la sala principal, en la que se proyecta el documental histórico de las cuevas. ¡¡Hasta la próxima!! Esperamos vuestros comentarios aquí o en Facebook.




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