Vaya por delante que por mi parte, soy totalmente escéptico en lo que concierne a fenómenos paranormales o cuanto menos "extraños" y que mi pareja es justo lo contrario, cree, por experiencia propia, en todo ese tema de fuerzas, presencias, etc...sin ser ni mucho menos una friki de estos temas ¡ojo!
El asunto se "complica" en cuanto compruebas por ti mismo que las verdades nunca son absolutas y que, ya sean fuerzas telúricas o simple sugestión, en la Ermita de Orante "pasan cosas".
Eso es lo que llevó al mismísimo Iker Jiménez a visitar el lugar en persona y dedicar un espacio en su programa a los sucesos que acaecían en la ermita, con entrevista al guardés de la misma, el octogenario Antonio Javierre, el cual después (y además) de ser alcalde de la pedanía de Orante (ahora lo es su hijo) explicaba lo que los visitantes experimentaban al entrar en el lugar. Dicho reportaje lo podéis ver en el siguiente enlace:WEB
Cuando llegamos al pequeño núcleo de Orante, aparcamos el coche un poco donde podemos y tomamos el camino en suave pendiente hasta la cima de una colina donde se ubica el antiguo edificio religioso. No esperéis nada ostentoso si no completamente lo contrario; una austera construcción de piedra de pequeñas dimensiones y poco más. Desde luego, allí sí se puede decir lo de "el tamaño no importa".
Una vez arriba nos recibe Antonio y nos sentamos a esperar nuestro turno para entrar al interior. Sí, él se encarga de los turnos de 5 minutos por persona. Es lo que hay porque si por uno fuera se pasaría media vida dentro. Mientras tanto podremos disfrutar de las magníficas vistas que se divisan desde la parte más alta.
En el camino para llegar a la ermita encontramos un murete de piedra en el cual los más creyentes han ido dejando imágenes, mensajes y todo lo que a uno le apetecía a modo de recuerdo, veneración o agradecimiento al Santo del lugar, San Benito.
Y nos preguntaréis ¿pero...qué? Porque mucha indicación pero ninguna historia digna de ser narrada. Pues ni lo vamos a hacer porque consideramos que cada uno vivirá la experiencia de forma distinta. Solo os podemos decir que vimos gente salir llorando, otros tan normales, un señor de La Rioja nos contó que era la segunda vez que venía porque la primera no aguantó ni dos minutos dentro, etc...
Yo solo os puedo decir que, habiendo ya comido y pasadas unas tres o cuatro horas tranquilamente, tuve que parar el coche en seco en medio de la carretera. ¿Casualidad? Que cada uno saque sus propias conclusiones.