Viladrau, en Girona, sabemos que es muy conocida por su agua ("si us plaaau, aigua de Viladraaau"). Perdón. Pues eso, que además de su agua también tiene otros atractivos como una cantidad ingente de castaños por la zona lo cual da pie también a que se celebre la conocida Fira de la Castanya.
Pero desde luego, de los muchos que podremos contemplar, vale la pena el viaje y la excursión hasta llegar al Castaño de las Nueve Ramas, un ejemplar impresionante del que actualmente ya solo quedan siete erguidas y solo cinco de ellas vivas. Pero empecemos por el principio.
Una vez llegados al pueblo no hace falta que dejéis el coche allí; podemos cruzarlo todo hasta encontrar el Hostal de la Gloria, donde tendremos un descampado a mano derecha para aparcar. Nuestra ruta empieza allí mismo por el sendero SL-C81 con marcas blancas y verdes y como es circular, llegados a este punto, podemos seguir rectos o girar a la izquierda; haremos lo mismo pero al revés.
La duración es de unos 90 minutos ida y vuelta de suave trayecto, con alguna pendiente ligeramente más pronunciada pero nada del otro mundo. Al poco de empezar la caminata, empezaremos a encontrar ejemplares de la especie que nos ocupa, a cual de forma más curiosa.
Algunos, obviamente sin vida, con un tronco de un diámetro tan enorme que permite entrar a un adulto sin ningún problema. Es curioso observar el interior de un árbol desde su propio ídem, algo que habitualmente es imposible ya que lo que se pierde y podemos estudiar es la corteza pero su parte interna resiste.
Cuando nos acercamos a nuestro destino, observamos un pequeño claro a la derecha del sendero, como si la naturaleza hubiese querido dejar un lugar especial para un árbol igual de especial y además se encargó de flanquearlo por tres o cuatro congéneres a modo de guardianes del árbol "rey".
Es inconfundible. No ya por sus ramas, que también, si no por su majestuosidad, que impresiona, y por ser el único que actualmente está protegido por unas vallas para evitar y acelerar su desgaste debido al maltrato al que le hemos sometido los mal llamados humanos durante el paso de los años.
Con una edad aproximada de 700 años, le calculamos a ojo una altura de más de 20 m.(después nos confirmaron en Viladrau más de 23) y unos 6 m.de diámetro en el tronco.
Su aspecto similar al de un candelabro lo hace aun más espectacular de lo que ya de por sí sería.
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