Como nunca está de más concienciarnos in-situ, algunos más y otros menos, de lo efímera que es la naturaleza, especialmente en manos del hombre, os proponemos que visitéis, a poder ser con vuestros hijos si los tenéis, el Bosque de las Cruces.
Situado cerca de los municipios de Odena y El Bruc, este bosque sufrió en Julio 2015 uno de los peores incendios que se recuerdan en Catalunya, el peor de ese año, calcinando un total de 1293h. de zona forestal. Si puede haber consuelo a un suceso tan terrible es que, como muchas veces sucede, la causa no fue intencionada si no que fue una chispa desprendida por una trituradora de paja que trabajaba en la zona.
El cabo de los Bomberos, Marc Sellarés, vecino del lugar y a pesar de encontrarse de vacaciones, no dudó en dejar todo y sumarse a las tareas de extinción, las cuales duraron cuatro largos días.
Llegar hasta el bosque no tiene excesiva complicación. Desde la autovía A-2 cogemos la salida 570 Montserrat-Manresa y seguimos siempre dirección ésta última. A partir del segundo cruce que encontremos, unos 3kms. más adelante empezaremos a distinguir desde la misma carretera y casi a pie de ella, las primeras cruces.
Si estáis alerta, a la izquierda nos quedará un camino de tierra que desciende hasta un descampado en el que se puede dejar el coche perfectamente. En caso contrario, no os preocupéis; hay varias escapatorias en la misma carretera donde aparcar sin problema.
La magia del lugar se basa en que, (obviamente no las contamos pero creemos en la buena fe del bombero-artista Sellarés) se dedicó a levantar una cruz por cada hectárea de bosque quemado, recordad, un total de 1293. Un increíble trabajo de "land-art" que ha traspasado nuestras fronteras, habiendo ofrecido otros países encargos similares al artista.
Nos encontramos desde pequeñas cruces de no más de un metro hasta algunas que, a ojo, debían rondar los diez fácilmente.
Algunas de ellas parece como si en el momento del incendio los árboles hubiesen decidido perecer juntos en una última muestra de amor eterno.
Mirásemos donde mirásemos, hasta donde alcanzara la vista, solo se veía tierra yerma, salpicada solo por punzantes matojos y cruces, cruces y más cruces. Ver arder tanta extensión de bosque y sobre todo, trabajar en sofocarlo, tiene que ser de las peores experiencias que se pueden vivir, a pesar de la valentía demostrada por cualquier bombero.
Lógicamente y por desgracia, el tiempo es mal compañero para este tipo de arte, que se sabe efímero antes de su inicio. La lluvia, el viento.....harán que poco a poco vayan cayendo las cruces.
Esperemos que tarde bastantes años en suceder eso y que a cambio se vaya repoblando de nuevo la zona, que falta le hace.
Y como ya hicimos en la anterior escapada, os dejamos una canción que nos encanta. En este caso, una composición muy triste de REM pero reversionada por un grupo genial, LACUNA COIL, un descubrimiento reciente. ¡Hasta la próxima!
No hay comentarios:
Publicar un comentario