"EL VIAJERO QUE REGRESA NUNCA ES LA MISMA PERSONA QUE ERA ANTES DE IRSE"

4 de octubre de 2016

Rocaviva, laberinto mágico: inspiración abandonada


De los viajes más especiales que hemos realizado, al tiempo que de los más complejos de explicar. Es un lugar para almas sensibles, para los que aprecien los detalles de la vida, por nimios que éstos sean. Yo mismo, cuando descubrí este "museo" al aire libre y su historia, antes de visitarlo, pensé: "no será para tanto; un bosque con rocas trabajadas y punto." ¡Que inocente y obtuso me sentí cuando vagaba por el sendero que recorre el bosque, de escultura en escultura, descubriendo algunas casi ocultas en la maleza, casi acariciando el granito como queriendo escuchar lo que tuviera a bien decirme.


Pero, empecemos por el principio. ¿Dónde está? En Músser (Cerdanya). ¿Cómo llegar? Buena pregunta, ya que el pueblo está donde el aire da la vuelta. Si venimos de la parte sur (Lleida, Tarragona, etc...) tenemos que llegar hasta La Seu d'Urgell. Allí, en lugar de hacer lo habitual, que es dirigirnos a la izquierda en la rotonda, esta vez seguiremos rectos por la N-260, dirección Puigcerdà. A unos 20 kms.encontraremos un desvío a mano izquierda que nos indica Lles-Aransa, LV-4036. Lo tomamos y recorreremos unos 6 kms.por una "carretera" por llamarlo de algún modo, en bastante mal estado, la cual te hace dudar que al final pueda haber un pueblo. Sobre la mitad encontramos el desvío hacia Músser (o Musa). Si hasta ahora nos quejábamos del asfalto, ahora mejor ya ni comentarlo, aunque el tramo final hacia el pueblo mejora un poco.
Dejamos el coche a la entrada y empezamos la ruta a pie, cruzando la única calle hasta el final, siguiendo un indicador de madera en una esquina a nuestra derecha.


A pocos metros del final del pueblo encontramos una bifurcación. Se puede ir por ambas, aunque la de la derecha es más corta pero un poco más campo a través. Nosotros hicimos la ida por la derecha y la vuelta aparecimos en la de la izquierda, quizá más recomendable. Si escogéis ésta, cuando hayáis caminado un par de kilómetros encontraréis un desvío a vuestra derecha, que es por donde tenemos que empezar a subir y acceder al bosque propiamente dicho.


Una vez tomado este segundo desvío pronto nos veremos rodeados de árboles, de rocas graníticas y de.....magia, misticismo o lo que cada uno quiera llamarlo.


Cuando entras allí empieza una dinámica de querer más y más, de intentar impregnarse de una mínima parte de lo que el artista Climent Olm sentía al trabajar a diario durante más de 25 años cada piedra in situ, terminando unido a ella casi como por una maravillosa amistad.


Tantos años de trabajo del artista y eremita le llevaron a instalar vivienda y taller en el propio bosque, en su parte más alta, para estar más cerca "de sus amigas las rocas". Todo ello a pesar de las diversas amenazas y ataques infundados de un personaje en concreto que, después de mucho sufrimiento, denuncias, etc...le llevó a abandonar su casa y sobre todo, su obra hará ya unos tres años.


Pero dejaremos a un lado este episodio truculento y nos centraremos en el laberinto y sus esculturas. Según la web del lugar habría más de 600 entre grandes y pequeñas, una cantidad inabordable en una sola visita. Os dejamos el enlace oficial para que sepáis un poco más de la misteriosa historia de este lugar y otro a un artículo aparecido tiempo atrás en el periódico El País:

http://rocaviva-laberintmagic.blogspot.com.es/
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/07/13/catalunya/1405279916_196763.html

Nosotros preferimos hablar menos y aportaros más imágenes de este mágico lugar, en el cual recibimos una serie de consejos grabados en piedra, como no, tales como "ENTRAR TRANSFORMA" o bien "ESCUCHA, ESCUCHATE". Magnífico.


Un paraje fantástico, con el plus de unas vistas preciosas al estar ya a relativa altura. Buen calzado, pantalón largo para evitar arañazos y a disfrutar de una experiencia casi mística.

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