Y después de degustar sin prisa ninguna unos ricos platillos en Cal Marus, a los pies del castillo, nos dirigimos a un par de kilómetros dirección Segur de Calafell donde, a mano derecha, encontramos la Ciutadella Ibèrica.
Este recinto, datado sobre el S.VI a.C.se considera la sede de los Cosetanos. Se empezó a excavar en 1980 y fue reconstruido entre 1992 y 1994 sobre los antiguos restos descubiertos, con técnicas experimentales.
Justo en la entrada del recinto amurallado nos aguarda la reproducción de una torre de ataque y vigilancia, para saber quien entraba y salía del recinto en todo momento.
El urbanismo por aquellos tiempos era totalmente lineal, con las primeras casas que se construyeron adosadas por su parte trasera a la muralla y en casi todas las calles podemos observar canales para la evacuación del agua.
Si os fijáis atentamente en la foto, se observa una franja rojiza en los muros. Esta delimita la parte original de la reconstruida. La mayor parte eran viviendas particulares, con escasos edificios públicos salvo algún espacio para rituales y ofrendas o algún almacén, pero siempre muy parecidos a las casas.
En el interior de muchas de las casas encontramos reproducciones de los útiles, herramientas o armas que usaban los íberos en su día a día. Al tratarse de meras copias está permitido el cogerlos e incluso vestirse con túnicas y escudos de la época.
El S.III a.C.fue cuando la fortaleza alcanzó mayor esplendor, periodo en el que se construyeron también las mayores y más lujosas casas, algunas de ellas con varias estancias e incluso a dos alturas. Pero poco tardó en perderse todo a principios del S.II a.C.por culpa básicamente de diversas rebeliones contra Roma y la 2ª Guerra Púnica.
Y volviendo a Calafell, en pleno paseo marítimo, encontramos la Casa Museo Barral, apellido que os sonará a muchos de vosotros de la editorial Seix-Barral.
Carlos Barral, editor, escritor y político, residió en esta casa del litoral catalán, la cual fue adquirida después de su muerte en 1989 por el ayuntamiento de la localidad.
Es una de las pocas casas que se mantienen como antiguamente era, es decir, una pescadería, con su arquitectura típica de la época, destacando especialmente un balcón de madera traído ex-profeso de Canarias en los años 20.
Carlos Barral, editor, escritor y político, residió en esta casa del litoral catalán, la cual fue adquirida después de su muerte en 1989 por el ayuntamiento de la localidad.
Es una de las pocas casas que se mantienen como antiguamente era, es decir, una pescadería, con su arquitectura típica de la época, destacando especialmente un balcón de madera traído ex-profeso de Canarias en los años 20.
Justo después de la entrada encontramos lo que fue en su día la cocina y después de ésta, el habitual patio trasero de las casas de pescadores.
Ya en la planta superior podemos ver una recreación de lo que fue en su día el despacho de los Barral, con fotos del Calafell antiguo y misivas dirigidas a personajes famosos de la época.
Un baño todo en baldosas de tonos azules.....
.....y justo al lado de éste, una estrechísima escalera de caracol sujeta a la pared con unos cabos de amarre muy marineros pero que no conferían ninguna seguridad. Es más, estaba prohibido el subir por ella hacia lo que debía ser una terraza de la casa.
Y si después de visitar todos estos puntos de interés aun os quedan ganas de más, podéis acercaros al Calafell Slide, una atracción que consiste en descender por un tobogán de unos 700 metros a bordo de unos pequeños trineos.
http://www.calafellslide.com
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