"EL VIAJERO QUE REGRESA NUNCA ES LA MISMA PERSONA QUE ERA ANTES DE IRSE"

3 de abril de 2016

Cova del Tabac, de ascensión por el Mont-roig.

La zona donde se encuentra enclavada la Cova del Tabac (Cueva del Tabaco) está repleta de rutas de este estilo para recorrer. Unas más complicadas y otras menos, similares a ésta, pero todas con algún interés particular.
Este domingo optamos por un poco de escalada "light" y subir hasta la citada cueva. Partimos del embalse de Camarasa.


Si venimos desde Balaguer por la C-13 no hay aparcamiento posible, con lo cual tenemos que cruzar el puente y justo después encontramos unos pequeños ensanches a pie de carretera donde poder aparcar un poco mejor. Habrá que tener cuidado a la vuelta ya que desharemos andando una parte de la carretera y de un antiguo túnel. Justo antes del que usan los coches encontramos a mano derecha un cartel indicador en la roca y un pequeño camino que bordea el pantano, protegido con un pasamano metálico.


A los pocos metros empieza la suave pero incesante ascensión, con el problema añadido que en la mayoría del trayecto encontramos rocas rotas que dificultan el apoyo. Sobre nuestras cabezas no dejamos de ver las paredes rojizas del Mont-roig.


Llegamos a un punto en que el camino se bifurca en dos. Si quereis una caminata de lujo, hacia la derecha. Nosotros seguimos hacia la izquierda; con 2,2 kms.de recorrido total tenemos suficiente.


Seguimos subiendo sin cesar, con tramos más sencillos y otros con un bastante desnivel y que están equipados con grapas de vía ferrata y cadenas para ayudarse en la subida pero sobre todo, en la bajada. Y podemos dar fe que a la vuelta se agradecen.


Como todo esfuerzo tiene su recompensa, una hora después aprox.empezamos a tener vistas espectaculares de la zona,


casi llegando ya a nuestro objetivo, la Cova del Tabac, custodiada su inmensa entrada triangular por una antiquísima higuera.


La cavidad, de unos 30 metros de ancho por 20 en su punto más alto, se adentra en el macizo unos 200 metros prácticamente sin desnivel, encarándose ligeramente primero a la izquierda y después a la derecha. Destacar que al final de lo que parece una segunda sala, en un rincón llamado la Sacristía, encontramos un libro de firmas donde dejar huella de nuestra visita al lugar.


El atractivo de la cueva es la existencia de algunas pinturas rupestres, pero han sido tan destrozadas por actos vandálicos que actualmente son casi indetectables, al menos para los no entendidos.
Lo que sí podemos ver aun, eso sí, de bastante antigüedad, son formaciones de estalactitas ya muy desgastadas y unos curiosos agujeros en el techo de la bóveda llamados "cúpulas".


Se dice que el nombre de la cueva (no hay ningún estanco en su interior) se debe a que el polvo rojizo que se encuentra por toda la zona y el interior, antiguamente se mezclaba con raspadura de tabaco para esnifar, aunque hay dudas importante de tal toponimia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario