Sábado por la tarde. Ociosos, como corresponde a una tarde bochornosa de verano que se precie. Pero como eso no termina de cuadrar con nuestra forma de ser buscamos rápidamente un plan alternativo no muy lejos de casa.
Y rápidamente nos viene a la cabeza una visita que teníamos agendada desde hacía tiempo: subir al Sant Crist de Balaguer, al cual yo seguramente desde mi tiempos de EGB no había vuelto.
Como al fin y al cabo quedaba a media hora justita de nuestro domicilio, sin más preparación que la cámara de fotos, nos subimos al coche y salimos.
Para los que no hayan estado nunca, sólo explicar que hay que cruzar todo Balaguer y el puente del río; justo pasado éste tenemos una fuerte y empinada curva a la derecha y a 1 Km.aprox.nos quedará a mano izquierda el desvío que sube al Santuario.
En esa planicie se alzan dos construcciones: los restos del Castell Formós (Castillo Hermoso) y el Santuario del Sant Crist de Balaguer. El castillo solo es visitable un par de días a la semana, si no recuerdo mal, martes y domingos.
El Santuario se erigió sobre las ruinas de la primitiva mezquita sarracena de Almatà, aprox.sobre el 1105, después de ser destruida en las guerras entre moros y cristianos.
Posteriormente fue restaurado en 1610, abriendo la puerta principal actual y cambiando la situación del altar mayor.
De lo que había sido la antigua iglesia, que se llamaba de la Verge de Almatà, todavía se pueden ver restos de la antigua puerta con su rosetón en un lateral de la nave.
En 1787 se acomete otra ampliación que le otorga su forma actual y en 1912 se remodela la actual fachada.
La imagen del Cristo ardió en los combates de la Guerra Civil, pudiendo salvar solamente su pie derecho, el cual fue trasplantado a la imagen actual, copia fidedigna en madera de Flandes de la quemada años atrás.
Pero lo realmente curioso del Sant Crist es la leyenda que planea sobre su imagen. Aunque seguramente muchos documentos que podrían demostrar tal leyenda desaparecieron quemados en el Castell Formós, situado delante del Santuario.
Cuenta la historia que dicha imagen fue la primera que se esculpió en el mundo por un tal Nicodemo. Cuando tenía realizado el cuerpo no acertaba cómo seguir con el rostro y, por cansancio, se durmió. Mientras descansaba unos ángeles descendieron del cielo y terminaron su obra.
Esta estuvo muchos años en Jerusalén y luego en Beirut, donde los musulmanes la tiraron al río Adonis. El crucifijo surcó mares y bajó ríos hasta llegar a Balaguer, delante del convento de las Clarisas.
Entre todos los del pueblo intentaron rescatar la imagen del río sin conseguirlo. Avisaron a las monjas y la abadesa se arrodilló en la orilla y una ola acercó mansamente el Cristo a sus brazos. Desde allí fue subido al Santuario y.....hasta hoy.
Otra de las curiosidades de este Santuario es uno de sus dos accesos a pie ya que se trata de un camino habilitado que va bordeando toda la montaña llamado "monte del Calvario" y en el cual, cada ciertos metros se reproduce uno de los pasos del via-crucis. No es una ruta nada pesada de realizar y realmente interesante por lo que representa.
Además, fijaros que vistas de Balaguer cuando ya estamos llegando casi a la parte más alta del camino, a tocar del castillo. Despues de caminar entre tanto verdor ¡fantásticas!
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