"EL VIAJERO QUE REGRESA NUNCA ES LA MISMA PERSONA QUE ERA ANTES DE IRSE"

15 de enero de 2023

Pasarelas y cadenas en el Barranco de la Hoz


Que Teruel existe hace ya tiempo que nos ha quedado claro, al menos a los que viajamos con frecuencia. Y que tiene enclaves realmente espectaculares, también. Uno de ellos es sin duda, Calomarde. Si planeáis visitar Albarracín, guardaros un día para hacer la ruta del Barranco de la Hoz o Cañón de los Arcos. No os arrepentiréis del tiempo dedicado.


Nuestra ruta empieza a la salida del pueblo, sin pérdida posible ya que precisamente Las Vegas no es, aunque concurrido está, no os prestéis a engaño. Todo este primer tramo discurre como por una pequeña avenida de tierra, totalmente en llano y con el río a nuestra izquierda. ¡Incluso vimos una zona con columpios!


Al poco tiempo encontramos ya algunas escaleras pero sin mucho misterio, que solo nos llevan al interior de una pequeña cueva formada en la propia roca. Eso sí, empezamos a alejarnos del río tanto en distancia como en altura.


No mucho tiempo después de iniciar nuestra ruta entre escaleras, cadenas y pasarelas tanto metálicas como de madera, parando a disfrutar de las vistas (que muchas veces se nos olvida) y el agua que nos rodea, ya que volvemos a descender en dirección al lecho del río.....


.....encontramos lo que podríamos llamar el centro de la caminata: la parte más estrecha del cañón, la cual la salvamos atravesando el Puente de la Toba, anclado al lateral de una de sus paredes y vigilando no darnos con la cabeza en algún punto donde la altura es más baja que el resto del recorrido.


Superado este tramo más angosto, nos detenemos en una zona más elevada para echar la vista atrás y tomar consciencia de dónde venimos y su espectacularidad.



Llegamos a un punto en el que, por un pequeño contratiempo físico, nos detuvimos y decidimos emprender el camino de regreso, en este caso por el mismo trayecto aunque nos indicaron que se puede realizar de forma circular. Antes de darnos la vuelta, quise seguir un poco más, explorando a ver dónde me llevaban esos peldaños de madera anclados en el suelo, llegando a una zona bastante más elevada y abrupta, buena parte de ella teniendo que ir cogido a las cadenas clavadas a la roca.


Ya a la vuelta, porque se ve mucho mejor desde esta vista que no a la ida, poco antes de llegar de nuevo a la parte más llana, nos llamó la atención una formación rocosa que cada uno le sacará el parecido que considere. Nosotros terminamos diciendo que la parte de la izquierda parece la cabeza de un elefante y la parte derecha un perro/lobo aullando, pero ahí ya juega la imaginación de cada uno. ¡Nos vemos!

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