"EL VIAJERO QUE REGRESA NUNCA ES LA MISMA PERSONA QUE ERA ANTES DE IRSE"

5 de diciembre de 2018

Ambiente mágico en el bosque de Savassona

Desde luego no es un bosque mágico, huelga decirlo, pero nadie puede negar que todo cuanto podemos visitar en el Bosque de Savassona tiene, como mínimo, un aura de cierto misterio.
Nos escapamos esta vez cerca de Vic y en sus alrededores, tomaremos la BV-5213 en dirección al pueblo de Tavèrnoles.


Pasado éste, a poco más de 1 km.empezaremos a ver coches aparcados a ambos lados de la calzada. Aunque nos parezca extraño, ahí es y donde veamos un campo vallado con un cartel de madera que indica hacia el interior del bosque y reza "Sant Feliu", ese tiene que ser nuestro punto de partida.


Siguiendo un fácil y llano sendero llegaremos al primer y enorme bloque de roca, el Dado, allí, sólo en medio del campo; tan sólo que hace que uno se pregunte cómo narices ha podido llegar esa gigantesca piedra a ese punto concreto. Porque a primera vista parece que "alguien" la hubiese teletransportado desde la montaña más cercana.
Su curiosa forma hace el deleite para los practicantes de la escalada libre, los cuales se enfilan por sus sinuosas formas sin cuerdas ni casi protecciones.


Lo bordeamos por la derecha y adentrándonos un poco en el bosque porque desde fuera no se ven apenas, llegamos a otras dos curiosas formaciones con sendos grabados. La Roca de les Bruixes (Brujas), dos bloques que emergen del suelo y presentan un sinfín de cruces grabadas en su superficie.


Y a pocos metros de ésta tenemos otra muy similar llamada la Roca del Nen (Niño) ya que en ella se puede observar claramente el grabado de un hombre o niño. ¿Quien? ¿Porqué? ¿Cuando? Preguntas que nos vienen a la cabeza y que no hallan respuesta.


Desde allí lo más sencillo es ir en línea recta por el bosque, en paralelo al Dado, hasta que llegaremos a la otra roca llamativa de todo este conjunto, la llamada Piedra de los Sacrificios, de la cual, con ese nombre, creemos que no es necesario explicar gran cosa.
Es un enorme bloque de unos 15 metros de altura que presenta multitud de surcos grabados en su superficie a modo de pequeños canales. La leyenda cuenta que se realizaban sacrificios humanos en su parte superior y la sangre  de la víctima de turno se derramaba por dichos surcos.


Adentrándonos más aun en el bosque encontramos otra roca que sin ninguna duda parece la cabeza de una tortuga y en cambio, en lo que sería el morro de ésta, tiene grabada una luna en cuarto.


En la parte baja del bosque aun podremos ver alguna que otra roca de curiosa forma pero lo que hacemos es tomar el sendero que nos llevará, de forma fácil y rápida, hasta la ermita de Sant Feliuet. No confiéis, salvo milagro (nunca mejor dicho), encontrarla abierta pero a pesar de ello vale la pena la subida ni que sólo sea por las vistas de las que gozaremos, incluido el cercano Castillo de Savassona.


Una vez arriba y alrededor de la ermita, también veremos lo que dedujimos fueron antaño tumbas antropomorfas, con diversos grabados también en la roca y unas pequeñas pozas que se forman con el agua de lluvia.
Hay otros grabados pero por su simbolismo tienen que ser mucho más recientes que los de los bloques del bosque.


Un lugar curioso que visitar, sin excesiva complicación y que gustará a grandes y pequeños por igual. Esperamos que os animéis a acercaros a este bosque, porque recordad.....¡¡es mágico!!

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