"EL VIAJERO QUE REGRESA NUNCA ES LA MISMA PERSONA QUE ERA ANTES DE IRSE"

16 de abril de 2017

Ascensión al Moncayo


Cuando te proponen ascender al Moncayo, así, sin anestesia "ni ná", lo primero que se te pasa por la cabeza es decir que no eres experto en escalada y que para nada puedes realizar una subida de ese tipo. No olvidemos que, con sus 2315m. es el pico más alto del Sistema Ibérico. Pero después, cuando te cuentan los detalles, ves que increíblemente, la empresa es algo más sencilla de lo que en principio parece. Aunque con "truco". Os contamos.
Después de un ligero "cambio de impresiones" con nuestro GPS, llegamos a la conclusión que la mejor ruta era dirigirnos desde Zaragoza hasta Tarazona, preciosa ciudad que seguro visitaremos en exclusiva a no mucho tardar.
En el centro del pueblo tenemos que coger el desvío hacia Santa Cruz y a los pocos kilómetros ya iremos encontrando carteles indicadores color marrón de Parque Natural del Moncayo.
Notaremos como la carretera empieza a ascender a medida que se va adentrando en una zona de bosque cada vez más frondoso, la vegetación del cual va variando sensiblemente en función de la altura a que nos encontremos. Este es precisamente uno de los rasgos distintivos del Moncayo.


Durante toda la subida encontraremos muchas zonas de parada con plazas limitadas para aparcar. En casi cada una de ellas tendremos alguna fuente o similar que nos haría detener. Pero nuestro objetivo está más arriba.....mucho más arriba. Y sin pérdida posible.


Seguimos con el coche, por una carretera cada vez más estrecha, parando de vez en cuando a admirar el paisaje y sacar fotos ya que empezamos a estar a una altura considerable.


La última y mayor zona de aparcamiento, Haya Seca, con capacidad para unos 50 vehículos, la encontramos justo en una curva donde termina la carretera asfaltada y empieza una pista forestal de unos 5/6 kms.perfectamente transitables para cualquier turismo. Al final de ésta podemos optar por aparcar y empezar la ascensión a pie o bien podemos realizar 1 km.más aprox.hasta el mismo Santuario de la Virgen del Moncayo y dejar el coche delante del restaurante que allí encontramos.
Decir que en este último tramo el camino está en bastante peor estado que el encontrado hasta el momento pero aun así, despacio y con cuidado, se puede llegar sin problema. Eso sí, recordad que estamos hablando de Abril. Esa zona en invierno tiene que quedar casi impracticable.
Allí mismo encontramos un cartel explicativo y el principio del sendero que nos tiene que llevar hasta la cima, nuestro objetivo.


Los primeros metros discurren sin problema serpenteando entre bosque y roca, ganando altura suavemente. Cuando llevamos una media hora caminando nos detenemos a contemplar las ya espléndidas vistas que se empiezan a disfrutar ya que la altura a la que nos encontramos empieza a ser considerable.


Algunas zonas son más complejas, no por el trazado en sí, que no tiene pérdida, si no por la gran cantidad de pequeñas rocas acumuladas en el camino que dificultan el buen apoyo del pie. A pesar de ello, seguimos la ascensión sin grandes problemas mientras nos vamos encontrando con otros grupos que suben o bajan. Aproximadamente una hora después de nuestra salida, nueva parada para levantar la vista del suelo y volvernos a impresionar con el paisaje.


Arrancamos de nuevo para atacar el tramo que nos llevará hasta el Pozo de San Miguel y ahí empezaremos una ahora sí fuerte ascensión para alcanzar el circo del mismo nombre. En un breve espacio de tiempo salvaremos unos 400 m.de desnivel. Unos metros más atrás ya encontramos las primeras nieves.


Cuando se llega al circo seguimos subiendo, esta vez por la ladera izquierda por una zona muy pedregosa y empinada en zig-zag, por lo que se recomienda extremar las precauciones sea la época que sea. No es que comporte un peligro excesivo pero todos sabemos (o deberíamos) que a la montaña hay que tenerle no miedo pero siempre respeto.
La ruta, a pesar de las rocas sueltas, está bastante bien señalizada con estacas de madera.


Una vez superada la parte con toda seguridad más complicada del recorrido, llegamos finalmente al Cerro de San Juan, ya a 2279 m.de altura. Es una zona totalmente llana a pesar de ser casi la cumbre. Vale la pena aprovechar para descansar del esfuerzo de la última subida y deleitarse con las vistas excepcionales que desde aquí nos obsequia la sierra del Moncayo.


Desde aquí prácticamente queda un paseo por el sendero que recorre el cerro hasta llegar a la cumbre del Moncayo o Pico de San Miguel, alcanzando los 2315 m.que decíamos al principio.
En ella encontramos dos teóricas cimas: una es ésta en sí misma y la otra es un indicador geodésico.
La primera acostumbra a estar engalanada con banderas, cintas, etc...de agrupaciones excursionistas o simples particulares que han querido dejar allí su recuerdo.


La vuelta no tiene pérdida ya que se realiza por el mismo camino de ida. En la bajada hay que tener mucho más cuidado en la zona del pedregal ya que es muy fácil un resbalón y aun no hay árboles donde cogerse ni que nos detengan en caso de caída.
A pesar de todo, sin prisas y vigilando un poco, se supera la zona sin excesivos problemas y en unos 90 minutos aprox.llegamos de nuevo al párking del restaurante, donde dejamos el coche.
Ahora toca descansar y reponer fuerzas, ya sea en el citado local o bien de pic-nic justo delante, en una pequeña ladera que nos ofrece vistas preciosas de buena parte del valle enfrente nuestro.
Y una canción más para vuestra playlist. Esperamos os guste así como la entrada.

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