Aunque cueste de creer, es bastante más factible de lo que parece el escaparnos un fin de semana (o si se puede, añadiendo la tarde del viernes) y además, hacerlo por una cantidad de dinero relativamente asequible. Lo dejamos en asequible por no vender humo de maravillosos chollos (que los hay).
Todo se podría reducir en una palabra: planificación. En su máxima esencia, eso sí. Y en que si hay que correr, se corre. Pero cuanto más planeado lo llevemos todo, menos sorpresas tendremos.
Os intentaremos ayudar un poco en dicho cometido.

Lo primero, por obvio, es elegir nuestro destino en función al tiempo disponible. Si salimos un viernes tarde o sábado por la mañana, no nos iremos a Tailandia ¿no? Partiendo de esa premisa, escogeremos destinos que, con el transporte elegido, nos cundan las horas lo máximo posible.
Para viajes nacionales nunca descartéis el tren: seguro, rápido y si lo necesitamos, siempre podemos alquilar un coche en la propia estación. Si nuestra escapada es internacional, lo más recomendable es que nos inclinemos por el avión. Sea como sea, calculad la duración del trayecto y veamos hasta donde nos alcanza.
Un segundo factor será el factor económico. Una vez saber donde ir, tendremos que buscar la forma más económica de llegar hasta allí y añadirle la estancia, comidas, visitas y entradas, etc...
El tercer punto va muy ligado al segundo ya que son las fechas elegidas. Según cuando viajemos nuestro presupuesto puede verse alterado de forma considerable. Elegid temporada baja y días entre semana siempre que os sea posible, se nota.
Un cuarto factor importante, ligado a las fechas de nuestro viaje, es el climatológico. Aunque sea una perogrullada, en invierno hará frío y en verano calor 😂 pero si viajamos p.ej.en enero podemos optar a un destino más cálido como el sur de España y viceversa, en plena canícula buscaremos el frescor de los Pirineos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario