Tranquilos, que no cunda el pánico. La torre sigue en su sitio, torcida pero en su sitio, gracias a Dios.
La visita que realizamos no se trata ni de Pisa ni podríamos decir que técnicamente de una torre si no de un campanario, el perteneciente a la iglesia de Santa Maria de la pequeña población de Vilagrassa (Lleida), a escasos kilómetros de la capital de comarca que es Tàrrega.
La iglesia en sí misma ya tiene gran valor como patrimonio arquitectónico ya que estamos hablando de una construcción del S.XIII de estilo románico tardío con algún detalle ya del gótico.
Si nos fijamos con atención podemos ver que la parte izquierda de la portada representa lo negativo o el pecado y la parte derecha lo más positivo, como la Encarnación.
Pero sin duda la parte más peculiar de todo el conjunto es el campanario de la iglesia, el cual está ligeramente inclinado hacia el interior de la nave principal, desde luego no tanto como la Torre de Pisa y al estar rodeado de calles muy estrechas, se hace más difícil de apreciar por falta de perspectiva.
La torre aun tiene otra curiosidad y es que las cuatro esquinas superiores están, o mejor dicho estaban, decoradas con sendas gárgolas de las cuales una de ellas desapareció hace ya muchos años y jamás se repuso, con lo cual solo vemos decoradas tres de las esquinas.
Esta corta escapada tiene la ventaja que la podemos complementar con visitas a la propia capital Tàrrega, Cervera y su universidad, el cercano pueblo medieval de Guimerà, etc... Recomendables todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario